En estos tiempos convulsos, en los que el contacto físico y presencial se ha visto restringido, la tecnología nos ofrece la posibilidad de acercarnos al máximo para poder socializarnos, viéndonos y oyéndonos.

Imaginad cómo hubiese sido esta crisis en los años 50. Los muertos se contarían por millones, la hambruna causaría estragos en nuestra sociedad, la información, en muchos casos, estaría basada en el correveidile y la comunicación visual de fuentes como la televisión sería prácticamente inaccesible para la mayor parte de las personas. El menor de los problemas sería si nos podemos llamar o no, sino si nuestra familia podría sobrevivir.

Afortunadamente, el tiempo, los avances científicos y tecnológicos y unas mejores condiciones laborales para un importante grueso de la población, hacen que podamos afrontar la actual situación derivada de la aparición del ya famoso COVID19 de una manera bien distinta.

Existen ayudas para familias en dificultades, agricultores y ganaderos que trabajan para ofrecer aquello que pondremos encima de nuestras mesas, servicios logísticos, supermercados con capacidad para enviar nuestros pedidos a domicilio, médicos, enfermeros e instalaciones que pueden acoger nuestros problemas de salud (aunque ahora, no sin dificultades), científicos, ingenieros, empresas industriales que tratan, a toda velocidad, de acabar con las infecciones y las muertes a nivel mundial, farmacias abiertas, servicios de limpieza en todo el territorio y un largo etcétera.

En este siglo XXI, tanto si se está solo o acompañado, en el viejo continente y también a nivel global, podemos establecer relaciones cercanas e inmediatas con nuestra familia y amigos a través de programas como Skype, Teams o Zoom, así como también a través de aplicaciones como Whatsapp, FaceTime y tantísimas otras que nos permiten mantener un contacto cercano, tanto personal como laboral.

No debemos olvidarnos que este confinamiento también genera infinidad de oportunidades de acercamiento a personas, no solamente con nuestros familiares y amigos, sino que nos brinda la posibilidad de empezar a trabajar en nosotros mismos, poniéndonos en manos de profesionales de la salud, del deporte, empezar a planificar nuestros objetivos a través del coaching, recibir soporte psicológico, asistir a cursos en directo a través de webinars, meditar, etc,. Todo ello para ponernos en marcha en este fantástico viaje que es acercarnos a nosotros mismos. Empezar a hacer aquello que hace tiempo queríamos haber hecho y ahora, podemos iniciar.

¿Te apetece acercarte? ¡Ponte en marcha y contáctanos!

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Eva García
Directora Área Proyectos y Psicosocial